Me desperté temprano, con ganas de salir, pero pronto supe que sería un mal día. No era ni martes ni viernes trece, ni ninguna de esas pavadas, pero cuando fui a la cocina, noté que me había quedado sin yerba. Y esa es una señal indiscutible de que hoy será un mal día y la mejor opción es quedarse en casa. Después de todo, no se puede empezar la mañana sin unos buenos mates.