Crónicas de un día cualquiera: Comas

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Tengo, la mala costumbre de poner comas, en lugares extraños. A veces, incluso, pongo demasiadas comas, por todos lados. Es una obsesión, una manía, algo que no puedo controlar, y que a veces me molesta. Pero, las comas son siempre útiles, salvo que las use mal. No es que no sepa gramática, pero me encanta hacer pausas, aclaraciones y todas esas cosas que necesitan diferenciarse. Las comas son mis amigas, mis compañeras. Las uso, todo el tiempo, aunque no sean necesarias. Y quienes corrigen mis novelas, como ya me conocen, aunque les molesten las comas, no dicen nada, solo las arreglan, sin que me dé cuenta.

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